miércoles, 14 de diciembre de 2011

Lo confieso: ésta es la primera vez que escribo en un blog. Es probable que quien me avisó de la existencia de éste, y me pidió amablemente mi colaboración, esté pensando: "Pues vaya comienzo, pensé que te habías enterado de la sección en la que tenías que escribir". En mi defensa, he de decir que no me he confundido de sitio, ya sé que yo tenía que escribir sobre algún tema que fomentase el debate... pero me pides que cree y, para empezar, me es más fácil significarme socialmente mediante la oposición sistemática (tema 2, para los despistados... ja, ja, ja, como quien no quiere la cosa, lo dejo caer).

Además, la etiqueta "El contra-blog" es muy sugerente...

Procuraré ir al grano. No estoy de acuerdo con que fomentar la tradición, el honor, la disciplina o la grandeza no puedan ser considerados fines de la educación. Creo que depende de lo que entendamos por cada uno de ellos y de si consideramos que puede haber varios fines o sólo uno.

Respecto a la tradición, el diccionario de la R.A.E. (http://buscon.rae.es/draeI/) la define, entre otras acepciones, como la "transmisión de noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos, costumbres, etc., hecha de generación en generación". Opino que conocer el pasado ayuda a entender el presente y, si así se desea, mejorar el futuro. Conocer algo no implica estar de acuerdo con ello, ni condena a impedir la creación de cosas nuevas. Al contrario, creo que puede favorecer que se trate de mejorar aquello con lo que no se esté de acuerdo.

En cuanto al honor (por cierto, aprovecho para aclarar que yo he utilizado en ocasiones anteriores esta palabra, refiriéndome a la quinta acepción), la primera acepción que aparece en el citado diccionario es: "cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo". ¿Por qué no puede ser un fin de la educación responsabilizarse del trato que uno se da a sí mismo y del que da a los demás?

Respecto a la disciplina, el referido diccionario la define, en primer lugar, como: "doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral". Entiendo que "doctrina" se refiere a "enseñanza que se da para instrucción de alguien" y "moral" se refiere a "perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia". En principio, enseñar a alguien que existen acciones buenas (por ejemplo, respetar a los que son diferentes, es decir, respetar a los demás... entre otras cosas porque a los que son idénticos no los conozco) y acciones malas (por ejemplo, agredir a otro), me parece un fin no sólo adecuado, sino también necesario de la educación. Creo que la cuestión es reflexionar sobre quién o por qué se decide lo que es bueno y lo que es malo. Para no extenderme demasiado: no confundir doctrina con adoctrinar, ni disciplina con sometimiento al orden establecido.

Por último, en cuanto a la grandeza, la entiendo de acuerdo a la acepción: "elevación de espíritu, excelencia moral". ¿No sería bueno que uno de los fines de la educación fuera perseguir la excelencia moral frente a la inmoralidad? ¿O quizá esto ya nos haría caer en el adoctrinamiento?

Grumete

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